La tasación de joyas en una herrencia es necesaria para el reparto de las mismas, cuando no se ha asignado a un heredero determinado. De esta forma se realizará un inventario de la joyería y se asignará un valor a la misma, previo a la Escritura de Aceptación de la Herencia.
Para tasar las joyas y conocer su valor necesitamos acudir a un tasador profesional, pero también conocer que existen tres valores diferentes:
· El valor de liquidación. Se trata del valor del metal o piedra preciosa que contenga la joya, al margen del que pueda tener por su antigüedad, trabajo realizado en la joya, exclusividad, etc. Para ello se revisa la pureza del metal en cuestión. En el caso del oro, tenemos diferentes valores asignados al de 24, 18 y 14 kilates, respectivamente.
Y lo mismo sucede con las gemas o piedras preciosas, donde también se mide su color y pureza para conocer su valor económico.
· El valor de mercado. En este caso sí se tienen en cuenta otros factores, al margen del valor del metal en sí. La joya será más valiosa en función también de su antigüedad, de quién la confeccionó, etc. Por tanto, el valor de mercado será siempre superior al valor de liquidación.
· El valor de subasta o segunda mano. Se trata del valor por el que la joya podría salir al mercado de segunda mano y suele encontrarse entre el valor de liquidación y el de mercado. Además de ser el valor más utilizado en el reparto de herencias.
Pero hay que tener en cuenta que, al hablar de herencias pueden influir otros factores, como el valor sentimental de determinadas joyas, y también que los herederos podrían no estar de acuerdo en el precio asignado a las mismas o en su reparto.
En estos casos será necesaria la intervención de peritos-tasadores, con el fin de contar con un criterio neutral entre las partes.